Ay, cuánto hacía que no publicaba ninguna receta de masas, ¿eh?
Creo que va por épocas, además ahora sí que dan ganas de encender el horno. Tengo pendiente de rehacer la empanada de atún, pero esta vez sin gluten, que de aquellas aún vivía en la ignorancia.
Eso sí, ya adelanto que no va a ser de hojaldre, pasé por los croissants sin gluten y una y no más.
En fin, que ahora algunos viernes por la noche nos da por hacer pizza. Bueno, hago.
Lo que me gusta puntualizar.
Porque no la voy a pedir, que hacerla en casa solamente es cuestión de organizarse.
Por ejemplo, si salgo de trabajar a las 6 voy a casa, hago la masa y me voy al gimnasio, por ejemplo (es un buen ejemplo porque suele coincidir con la realidad). Cuando llego la masa está lista para ponerle las cositas encima.
Y yo suelo tener más hambre que los pavos de Manolo.
Lo de hornear al final son 10 minutos. Vamos, que al final tardas menos en hacer la pizza que en llamar y que te la traigan, y más si es un viernes por la noche.
No seáis vagos. Además todas estas harinas que he puesto hoy las venden en el súper 🙂
NECESITAMOS
Para la base
75 gramos de harina de maiz
25 gramos de harina de arroz
25 gramos de almidón de maíz
Polenta (para espolvorear)
5 gramos de sal
9 gramos de levadura fresca de panadería (3 gramos de levadura seca)
20 gramos de aceite de oliva
5 gramos de psyllium
90-110 gramos de agua
Para poner encima
100 gramos de salsa de tomate
30 gramos de mozzarella rallado
150 gramos de lacón
100 gramos de queso de cabra
Orégano
CÓMO SE HACE
Mezclamos todos los ingredientes de la masa excepto la polenta, pero empezamos con 90 gramos de agua a ver cómo queda, añadiendo más si fuese necesario. La masa queda… manejable. Que luego tenemos que poder usar el rodillo y sino es una guarrería.
Hacemos una bola y dejamos reposar una hora y media aproximadamente.
Encendemos el horno a 250ºC o a todo lo que de.
Ponemos un poco de polenta en la encimera (que hará que sea bastante crujiente, y la estiramos con la ayuda de un rodillo. La pasamos a un papel de horno. Si lo veis muy complicado pues la estiráis encima del papel de horno que no pasa nada.
Voy a suponer que ya tenéis hecha la salsa de tomate y no me voy a meter en jaleos.
Ponemos el tomate en la base, luego el queso mozzarella rallado, el lacón cortado en tiras y metemos en la base del horno a 250ºC durante 7 u 8 minutos.
Sacamos del horno, ponemos el queso de cabra por encima y volvemos a meter al horno, pero esta vez con la bandeja en la parte más alta durante 5 minutos o hasta que el queso esté todo lo tostado que nos guste.
Sacamos y ¡a comer!