Lo prometido es deuda. No es un sándwich, pero también os vale para un picnic o una cena socorrida.
Y es igual de fácil o más fácil que un sándwich porque solo hay que mezclar cosas y meterlo en el horno, no hay que preocuparse de que quede bonito. La comida siempre es bonita. Bueno, los callos no. Ni los sesos.
Bueno, pues es que últimamente estoy con la inspiración griega, igual quiere decir algo. Aunque muy buen recuerdo de la comida griega no tengo, la verdad. Estuve en un “conocido” restaurante de este tipo de comida y casi me tengo que ir al hospital con una intoxicación alimentaria. Qué mal lo pasé.
Pero no les guardo rencor. De hecho volvería. Que me gusta a mi sufrir.
Así que últimamente he cocinado carne gyros, moussaka (aunque esta ya la tenía en el blog, es trampita) y me ha dado por echarle queso feta a todas las ensaladas.
No he podido resistirme a hacer esta tarta salada con berenjenas (asadas previamente), queso feta y tomate cherry, con el mismo mix de yogur y huevo que para la quiche que me agencié para el asaltablogs, pero con la base de harina de garbanzos y un montón de especias, aunque eso es marca de la casa.
¿Por qué la harina de garbanzos?
¿Y por qué no? Creo que le va muy bien. Eso sí, no esperéis que se extienda igual de bien que con harina normal. No tiene gluten. Hay que hornearla primero, pero prometo que se desmolda bien, era uno de mis principales temores.
Y además así también celebro el día sin gluten, que ha sido esta semana. ¡Es posible hacer bases sin harina de maiz!
Y también es una receta vegetariana. ¡Casi que me podía haber esperado al lunes para publicarla!
NECESITAMOS
Para la base (molde de 28cm)
3 tazas de harina de garbanzos
1 taza y media de agua
1 cucharada de sal
Para el relleno
Dos berenjenas
200 gramos de queso feta
250 gramos de tomates cherry
4 huevos
250 gramos de yogur
Especias (pimentón picante, orégano, tomillo, albahaca, nuez moscada)
CÓMO SE HACE
Empezamos encendiendo el horno, lo ponemos a 180ºC.
Lavamos y cortamos las berenjenas en cuadrados pequeños y las ponemos en una fuente de horno. Salpimentamos y echamos un chorro generoso de aceite de oliva. Metemos la bandeja en el horno.
Mezclamos la harina de garbanzos con el agua y la sal y veremos que se queda una masa muy pringosa, difícil de manejar con las manos, así que la extendemos sobre el molde previamente engrasado (mantequilla y harina) intentando que quede del mismo grosor por todas partes con la ayuda de la cuchara o lo que tengamos más a mano.
Metemos la fuente en la base del horno y lo dejamos unos 15 minutos.
Pasado el tiempo sacamos las dos cosas, el molde y las berenjenas.
Mientras se enfría la base de nuestra tarta salada vamos a ir preparando el relleno.
Tan fácil como batir los huevos con el yogur, añadir las especias (la proporción acorde a nuestros gustos, yo puse media cucharada de pimentón picante, una de orégano, media de tomillo, media de albahaca y media de nuez moscada).
Picamos el queso feta o lo deshacemos con las manos. Cuanto más pequeños los trozos mejor, el queso feta no funde así que no se va a repartir uniformemente. También partimos a la mitad los tomates cherry.
Ahora que la base está fría echamos las berenjenas y el queso feta por encima. Vertemos la mezcla de los huevos y el yogur y por último los tomates cherry.
Volvemos a meter en el horno, a media altura esta vez, hasta que esté todo cuajado, aproximadamente 45 minutos, pero ya sabéis que eso siempre depende de vuestro horno.
¡Recomiendo dejar enfriar un poco antes de cortarla!
Anaïs