La receta de hoy es todo un clásico. Podéis usar calamares o anillas de pota. La diferencia económica no es muy grande, PERO os ahorráis limpiar y cortar, y eso ya es un plus.
Yo usé anillas de pota por aquello de la comodidad, pero lo dejo a vuestra elección.
Al día siguiente están mucho mejor que recién hechos, por aquello de que se mezclen más los sabores y demás, eso sí, ¡el arroz hacedlo en el momento!
Hay que tener cuidado con el vino blanco, ya que se utiliza solo un dedo, pero, como decía mi abuelo, un dedo en vertical, no en horizontal, ¡que no es lo mismo!
¡Anda que no se reía el hombre cada vez que nos pillaba con la broma!
NECESITAS
Medio kilo de anillas de pota
Dos cebollas
Un dedo de vino blanco (¡poned el dedo en vertical, no en horizontal!)
Arroz al gusto
CÓMO SE HACE
Calentamos aceite en una cazuela mientras picamos las cebollas en dados.
Freímos la cebolla hasta que esté bien pochada (casi transparente). Mientras tanto cortamos las anillas en tiras (esto es por comodidad más que otra cosa).
Una vez esté lista la cebolla la sacamos a un plato y echamos los calamares, y los dejamos en la sartén hasta que suelten todo el líquido.
¿Ya?
Pues ahora añadimos la cebolla, damos un par de vueltas para mezclar bien todo y echamos el vino blanco.
Al principio con el fuego fuerte, pasados un par de minutos lo bajamos y tapamos la cazuela. Vamos a dejarlo cocer unos 10-15 minutos, o hasta que el vino haya reducido. Esto, como siempre, depende de la potencia del fuego. Cuanto más fuerte menos tardará, pero menos sabor tendrá.
Mientras esperamos podemos tomarnos un vino y seguro que se hace mucho más corto.
No, ahora en serio. Mientras esperamos vamos a cocer el arroz. Yo calculo unos 60 gramos por persona. Escogemos un arroz redondo normal. Ponemos abundante agua al fuego y cuando rompa a hervir salamos y echamos el arroz. Seguimos las instrucciones del paquete que va a ser mucho mejor que lo que yo diga.
Como terminará más o menos a la vez, sacamos tanto el arroz como los calamares a un plato y ¡a comer!
Como veis en media hora tenemos un plato de escándalo, y más fácil imposible.
¡Espero que os guste!
Anaïs